A través del arte del retrato, se pueden desafiar cánones de belleza, género, raza y otros aspectos de la identidad, celebrando la diversidad y la inclusión.
Cada persona es única y el retrato fotográfico puede capturar esa singularidad. A través de la fotografía, se pueden resaltar las características físicas, los rasgos de personalidad y los logros de una persona. Esto fomenta la apreciación de la diversidad y ayuda a las personas a reconocer su propio valor y potencial.
Un retrato empoderador va más allá de la simple representación física de alguien. Se trata de capturar la autenticidad y la individualidad de una persona, resaltando su belleza y su fuerza interior. Es un acto de afirmación y reconocimiento de su valía y su derecho a ocupar espacios y ser escuchado.
Esta serie ha sido posible gracias a la generosidad, cercanía y complicidad de las personas retratadas. Se ha realizado con cámara de formato medio y lente fija. Luz natural, en la calle, de forma espontánea y al azar.
Desde la improvisación siempre sale algo más honesto.